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San Pablo, su testimonio sobre la vida y muerte de Jesús:

En otro artículo hablamos que los evangelios son escritos históricos sobre la vida y obra de Jesús, hechos con muy poco tiempo luego de su muerte; comparados con otros documentos históricos, serían como una noticia.

Hoy hablaremos de un testimonio mucho más reciente sobre la vida y obra de Jesús. Si los evangelios se calcula que se escribieron máximo no de más de entre 30 y 63 años luego de la muerte de Jesús, ahora veremos el testimonio de San Pablo, que es de no más de 5 años contados a partir de la muerte de Jesús.

Pablo de Tarso fue un apóstol del cristianismo primitivo, no del grupo de los doce. Originalmente, se llamaba Saulo y fue un cruel perseguidor de los cristianos; participó en sus arrestos, tortura y muerte. Pero durante un viaje a Damasco para continuar con esta persecución, tuvo una experiencia sobrenatural en la que Cristo se le apareció, lo que transformó radicalmente su vida, de perseguidor a creyente. A partir de ese momento, se convirtió en uno de los más grandes misioneros del cristianismo, autor de gran parte del nuevo testamento.

La historia de la conversión de Pablo está contada en los hechos de los Apósteles 9:1-19:
1. Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote,
2. y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de traer encadenados a Jerusalén a todos los que encontrara que siguieran el Camino, tanto hombres como mujeres.
3. Mientras iba de camino, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió una luz resplandeciente venida del cielo.
4. Cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
5. Él preguntó: «¿Quién eres, Señor?» Y la respuesta fue: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
6. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»
7. Los hombres que lo acompañaban se detuvieron atónitos, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
8. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver. Lo llevaron de la mano hasta Damasco,
9. donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
10. En Damasco había un discípulo llamado Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «¡Ananías!» Él respondió: «Aquí estoy, Señor.»
11. Y el Señor le dijo: «Levántate y ve a la calle llamada Recta. En la casa de Judas, busca a un hombre de Tarso llamado Saulo. Está orando,
12. y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»
13. Ananías respondió: «Señor, he oído a muchos hablar de este hombre y de todo el mal que ha hecho a tus santos en Jerusalén.
14. Y ahora está aquí con poder de los sumos sacerdotes para arrestar a todos los que invocan tu nombre.»
15. Pero el Señor le dijo: «Ve, porque este hombre es mi instrumento escogido para llevar mi nombre ante las naciones paganas, los reyes y el pueblo de Israel.
16. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.»
17. Ananías fue, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»
18. Al instante, algo como escamas cayó de sus ojos y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado.
19. Después comió y recobró las fuerzas. Saulo pasó algunos días con los discípulos en Damasco.

Los libros de la Biblia no están en orden cronológico, los Evangelios, por ejemplo, fueron escritos luego de las cartas del apóstol Pablo; estas cartas se empezaron a escribir en la década del 40 d.C., o sea, máximo 5 años luego de la muerte de Jesús.

Pablo incorporó algunos credos y confesiones de fe, que se remontan a la iglesia de Cristo poco después de su resurrección.

En las cartas de Pablo escritas a los cristianos habitantes de la ciudad de Filipos, libro conocido en la Biblia como Filipenses, en el capítulo 2, versículos del 6 al 11. Habla que Jesús era por “naturaleza Dios”.

Pablo escribió la carta estando prisionero en Roma, lo más probable según la tradición, y la envió para a la comunidad de Filipos para agradecer por su apoyo espiritual y material. En la carta, Pablo habla de la alegría y el gozo en Cristo e invita a los filipenses a mantenerse firmes en la fe, a ser humildes y a seguir el ejemplo de Cristo. También les dice que no deben preocuparse, sino que deben confiar plenamente en Dios.

Filipenses tiene estos mensajes fundamentales:
Humildad y unidad en Cristo (capítulo 2).
Gozo en medio de las dificultades (capítulo 4).
La supremacía de Cristo y cómo la vida cristiana debe centrarse en Él.

Colosenses es otro libro del Nuevo Testamento de la Biblia. Es una carta escrita por el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, una pequeña ciudad en la región de Frigia, en lo que hoy es Turquía. Este libro se conoce como la Epístola a los Colosenses. En el capítulo 1, versículos 15 al 20, dice: “Él es la imagen del Dios invisible”, quien creó todas las cosas y por medio del cual se reconciliaron con Dios todas las cosas “haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz”.

Algunos temas relevantes en la carta a los Colosenses:
La supremacía de Cristo: Pablo enfatiza que Cristo es el creador y el centro de todo, y que en Él reside toda la plenitud de Dios (Colosenses 1:15-20).
Advertencias contra falsas enseñanzas: Pablo advierte a los colosenses sobre no dejarse llevar por filosofías humanas o prácticas religiosas que alejan de Cristo (Colosenses 2:8).
Vivir una vida transformada en Cristo: Se anima a los creyentes a vivir una vida nueva, dejando atrás las viejas costumbres y viviendo de acuerdo con los valores y enseñanzas de Cristo (Colosenses 3:1-17).

Ahora el credo más importante de Pablo referente a Jesús está en Corintios. Corintios hace referencia a dos cartas del Nuevo Testamento, conocidas como Primera de Corintios y Segunda de Corintios. Ambas cartas fueron escritas por el apóstol Pablo a la iglesia cristiana en la ciudad de Corinto, una importante ciudad portuaria en Grecia.

Estas cartas son conocidas como las Epístolas a los Corintios y abordan una variedad de temas relacionados con la vida cristiana, problemas morales y doctrinales dentro de la comunidad.

Pablo habla en 1 Corintios 15 sobre la Resurrección de Cristo de los Muertos, que como decíamos es su testimonio más importante:
1. Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual perseveráis.
2. Por él os salváis, si lo guardáis tal como yo os lo prediqué; de lo contrario, habríais creído en vano.
3. Porque os transmití, en primer lugar, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
4. que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;
5. y que se apareció a Cefas y luego a los Doce.
6. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, aunque algunos han muerto.
7. Luego se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles.
8. Y en último término se me apareció también a mí, como a un aborto.
9. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
10. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia en mí no fue estéril; antes bien, he trabajado más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
11. Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos, y esto es lo que habéis creído.

La conversión de Pablo de acuerdo a estos relatos debió ser en el año 32. Su primer encuentro con los Apósteles fue alrededor del año 35 d.C. Entre al año 32 y 35 después de Cristo, Pablo recibió el anterior credo que ya era usado en la iglesia primitiva.

Las cartas de Pablo son un testimonio directo de la muerte y resurrección de Jesús, poquísimo tiempo luego de la muerte Cristo.

 

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