Georges Lemaître (1894 – 1966).
Nacido en Bélgica, fue sacerdote católico y astrofísico que realizó aportes importantes en la concepción de la teoría del Big Bang, considerado uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX. Su vida y obra representan un extraordinario ejemplo entre la compatibilidad de la ciencia y la fe.
La teoría del Big Bang:
La mayor aportación de Lemaître fue proponer, en 1927, lo que más tarde se conocería como la teoría del “Big Bang”. Lemaître fue uno de los primeros científicos en afirmar que el universo se expandía, lo hizo fundamentándose en las ecuaciones de la relatividad general de Albert Einstein. Según su pensamiento, el universo comenzó en un estado extremadamente denso y caliente, Lemaître llamó este estado cómo el «átomo primitivo» o el «huevo cósmico», y que este luego explotó, dando lugar a la expansión actual del universo.
Su idea de un universo en expansión fue vanguardista. En ese entonces, la gran mayoría de los científicos, incluido Albert Einstein, creían en un universo estático. Pero lo que llevó a Georges Lemaître a concebir su posición, fue la observación de las galaxias distantes y el corrimiento al rojo (el desplazamiento de la luz hacia longitudes de onda más largas a medida que los objetos se alejan) confirmaron la idea de Lemaître de que el universo estaba en expansión. Este descubrimiento científico, fue posteriormente corroborado por las observaciones de Edwin Hubble. La corroboración de Hubble consolidó la teoría de Lemaître como la más creíble para considerar el origen del universo.
Relación con Einstein y otros científicos.
Albert Einstein en un principio no aceptó las ideas de Lemaître, llamando a su teoría «matemáticamente correcta pero físicamente absurda», luego en 1933 cambió su opinión ante lo planteado por Lemaître. Fue en una conferencia de su autor en dónde Einstein dijo «Esto es lo más hermoso y satisfactorio que he escuchado jamás». A partir de ese momento, Einstein apoyó la teoría del Big Bang. Lo mismo le sucedió a otros en la comunidad científica.
Ciencia y fe: su perspectiva.
Una virtud de George Lemaître fue su capacidad para reconciliar su fe religiosa con las exigencias de la ciencia y su método. Como sacerdote católico, siempre sostuvo que no había conflicto entre la ciencia y la religión, sino que ambas eran complementarias. Creía que la ciencia podía describir el funcionamiento del universo, mientras que la religión proporcionaba sentido y propósito a la existencia.
Lemaître nunca argumentó la teoría del Big Bang como prueba de la existencia de Dios, ya que consideraba que la ciencia y la fe operaban en esferas diferentes. Sostenía que la ciencia explicaba el «cómo», mientras que la fe explicaba el «por qué». Esta constante sería mantenida a lo largo de su vida, se opuso a cualquier intento de utilizar teorías científicas para validar o refutar creencias religiosas. En su opinión, la cosmología y la teología trataban de cuestiones diferentes y no debían interferir entre sí.
Así se expresó en una carta a sus compañeros científicos: «La idea de un comienzo absoluto del universo no debe confundirse con la creación divina. La ciencia es sobre hechos comprobables, mientras que la religión se trata de los valores eternos. Ambas, sin embargo, son caminos que pueden llevarnos a la verdad».
Sus aportes a la ciencia no se suscribieron sólo a la teoría del Big Bang. Desarrolló otros importantes aportes.
Murió el 20 de junio de 1966. Sus aportes perduran tanto en la ciencia como en la fe. La teoría del Big Bang es una de las teorías más ampliamente aceptadas sobre el origen del universo. Se valora también su actuar sobre la relación entre ciencia y religión.
Se le recuerda no sólo por su contribución a la cosmología, sino también por su postura equilibrada sobre la coexistencia de la fe y la ciencia
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